EL HOMBRE CON EL CASCO DE ORO

  



Firma y fecha:  __ (c. 1650)
Lienzo  50,7 x 67,5 cm.
GEMÄLDEGALERIE, BERLIN













- Se aduce en contra de la autoría de Rembrandt la incoherencia estilística que supone el excesivo contraste entre la pastosidad del casco y la levedad del rostro. Sin embargo lo que hace a este cuadro único, con el magnetismo de las obras maestras, es precisamente esta contraposición que nos hace ver al anciano como una vieja alma brumosa bajo el rico y potente casco. Del equilibrio matérico entre ambos habría resultado un "tronie" más.

- Para cualquier reproche formal, en Rembrandt prima ante todo la poderosa expresividad final que hace que esta obra quede incrustada para siempre en la Historia del Arte.

- Sólo dos apuntes técnicos a favor de la atribución:

- ¿A nadie le ha llamado la atención que no haya un patrón en el dibujo de las formas del repujado del casco?. Es un truco que Rembrandt emplea en tapices, ornamentos o joyas para que la percepción de la imagen quede abrumada y no se pueda estabilizar con elementos ordenados... Y hacerlo de manera convincente y con el ritmo justo sólo lo consigue él. Es uno más de los motivos que obligan a pararse ante uno de sus cuadros, aunque no te guste. En el polo opuesto está el maravilloso Veronés.

-Para que el que sea incapaz de aceptar que estos dos rostros son de la misma mano, que observe las aletas de la nariz: están construidas de manera idéntica.

                                 
                                          FRAILE FRANCISCANO